domingo, 23 de enero de 2011

El pasado viernes 21 se presentó en el Ateneo de Madrid el libro del poeta Jesús Urceloy titulado "Harto de dar patadas a este bote". ¿Qué tiene de especial este poemario, aparte de tan curioso título? Que se compone únicamente de sonetos, noventa nada menos, donde el autor vivifica una estructura que podría parecernos antigua, anquilosada, aburrida, poco inspiradora. Nada más lejos de la realidad: cuando uno comienza a leer este libro de sonetos no puede aburrirse, no puede dejar de sorprenderse por la variedad de registros, de temas, de estructuras, de tonos, por ese sentido del humor que unas veces nos recuerda al Quevedo más irreverente y otras nos sumerge en las historias más cotidianas y actuales, por ese desgarro y melancolía libre de tópicos y de sentimentalismo fácil, por ese lenguaje sencillo que sabe convertir en lírico.
Es dífícil elegir un soneto entre tanta variedad e ingenio. Igualmente difícil me ha sido elegir sólo tres. Pero eso es lo que haremos. El resto, los encontraréis en el interior del libro, editado por "de la luna libros". Que los disfrutéis.


SONETILLO DEL QUÉ
(En versos de siete sílabas)

¡Cómo sois las mujeres,
cómo os montáis la trama!
¡Qué inteligente llama
sin tiempo y sin haberes!

¡Qué estúpidos los seres
masculinos del drama!
¡Qué lujo es una cama
cuando hacéis los deberes!

¡Qué pronto os entregamos
la ciudad asediada!
¡Con qué descuido amamos

vuestra belleza airada!
¡Y qué pronto olvidamos
que nunca olvidáis nada!



EL POETA LEVEMENTE AVERGONZADO RELATA CON CIERTA DISCRECIÓN UN PERCANCE DE SIGNO AMATORIO

No estaba mal, tenía grandes tetas,
y un culo perspeaz, ávido y tieso,
yo la espiaba oculto, lo confieso,
y más que oculto en bolas, qué puñetas.

Urdí a la sazón un par de tretas
por ver si en un descuido yo, poseso,
podría por detrás asir travieso
esas rotundas carnes, firmes, prietas.

Me relamía al verla, sin respeto
me deslicé procaz, soez, la traca
en mi mano valiente, en fin, discreto.

Mas no me fijé bien y en una estaca
tropecé y fui de bruces contra un seto,
y... haciendo ¡Muuuu!, se me escapó la vaca.


SONETO A TRAVÉS DEL SUEÑO

Soñé contigo anoche. Me decías
en el sueño que tú también soñabas
conmigo. Y en tu móvil que no estabas
para nadie, durmiendo. Y que hace días

en otro sueño casi conseguías
entrar en mí y también te puse trabas:
¿Quién es usted? -te dije. Y que te dabas
la vuelta. Yque después me maldecías.

Y ayer los dos, pasados los albores
que limpian con su luz los negros pozos
de la vigilia, el tedio y los horrores

nos hallamos, tan prófugos de esbozos,
en un jardín bendito de amadores,
rendidos tras los sueños y los gozos.

1 comentario:

  1. No es correcto dejarse llevar
    Por las apariencias de una persona
    Si ni siquiera hemos tenido la
    Molestia de pronunciarle un "HOLA"

    ResponderEliminar